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DIFERENTES ARTICULOS SOBRE RUPTURA DE PAREJA

 


Se deja de querer...
y es como un libro que aún abierto hoja a hoja quedó a medio leer,
y es como la sortija que se quitó del dedo
y solo así supimos... que se marcó en la piel.

Se deja de querer...

y no se sabe por qué se deja de querer.

José Angel Buesa

la ruptura de una pareja inicia un periodo de duelo personal




La ruptura de pareja es un proceso doloroso. Se junta la sensación de fracaso, la decepción, el desgaste por todo lo emocionalmente invertido, y en muchas ocasiones el rencor.

Tanto la persona que toma la decisión como la que la recibe, pasan por momentos muy difíciles en la vida. Es duro decir adiós a un proyecto. En el caso de que la pareja tuviera hijos, la situación se hace mucho más dolorosa, y hay que actuar con muchísima madurez, anteponiendo primero a los niños a cualquier expresión de emoción negativa


LA "MALA SUERTE EN EL AMOR"

Es cierto, no vamos a negar lo evidente, hay gente que tiene la suerte de su vida encontrando a la pareja perfecta y viviendo una vida maravillosa con fuegos artificiales y perdices en el tupper.

Son 3, que los tengo contados.

Las relaciones de pareja suponen un esfuerzo continuado para ir cediendo, avanzando, encajando. Hay que tener más moral que "el negociador" para conseguir el equilibrio perfecto de la pareja, ese momento en que ya no son las hormonas, las mariposas en el estómago y los buenos propósitos de "ser mejor persona para el otro", ese momento en que ya lo que pensamos en nuestra propia estabilidad, que vemos los defectos del otro y el otro los nuestros y eso no nos impide avanzar.

A veces tener mala suerte en el amor es no tener paciencia para esperar la persona adecuada




Pero existen personas que parece que jamás tienen suerte en el amor: pasan de una relación mala a otra peor. Es cierto que acumulan historias como para escribir un libro de anécdotas tristes y siniestras. El que no "cojea, renquea", y claro, la persona es a veces incapaz de sentarse enfrente de un espejo y decir: "¿son los otros o soy yo?". 

Si has pensado alguna vez que tienes imán para la gente rara, párate. No vuelvas a decir eso, es demasiado fácil dejar a la causalidad el maltrato al que estás sometiendo a tu corazón por no hacer algo tan simple como: NO BUSCAR, NO CONFORMARTE. ESPERAR. 

No te decidas por relaciones que no te convencen completamente, que presenta agujeros negros que intentas no ver, que piensas que con el tiempo desaparecerán, que la persona cambiará...cada uno somos lo que somos, y todos tenemos nuestra parte oscura. Lo que hay que encontrar es la persona que sepa cuales son nuestras partes más complicadas, que sepamos cual es su peor versión y no resulte algo que mejor enterrar y hacer como si no existiera: o se puede con ello o no se puede, y si no se puede no se podrá, y entonces llegará la ruptura y la enésima queja de "tengo muy mala suerte". 

Si te conoces, si sabes lo que te gusta, te emociona, te motiva, también sabrás lo que no soportas, te aburre, te enerva o consideras inaceptable. Son puntos que tienen que prevalecer sobre las fastidiosas mariposas en el estómago. Los puntos fundamentales de tu vida deben prevalecer sobre el "ya cambiará". Las personas pueden mejorar, claro, pero cambiar, cambiar...es algo complicado. 

Deja de buscar. Corres el riesgo de caer en la desesperación y quedarte con lo primero que te encuentres (lo que ocurra no va a ser fruto de la mala suerte, será algo previsible). 

Todos tenemos personas afines. La paciencia, la construcción de una vida plena puede resultar más atractiva para otras personas. El poder decidir y el saber renunciar son opciones válidas: si en la frutería te llevas manzanas duras por no esperar que en media hora traigan un nuevo pedido, no te quejes de la mala suerte de la manzana que compraste: llévate otra fruta o espera que llegue el pedido de fruta madura y perfecta, y entonces, estira tu dedito acusador y di: "ésta". 

Deja de maltratarte, deja de repetirte lo de "la mala suerte en el amor", líbrate de ese estigma. El amor llegara, cuando no confundas compañía con amor. Cuando te des cuenta que el jersey de mercadillo hace bola aunque cueste cuatro duros y más vale ahorrar un poco y comprar ése jersey un poco caro pero que dura eternamente. 

Ahora puedes pasar de ser la persona que busca el amor a la persona que deja que el amor le encuentre. 

Suerte, vales más de lo que estás diciendo, así que mirada al frente y paso firme.

EMOCIONES NATURALES TRAS UNA RUPTURA



La ruptura en una relación de pareja, puede ser una de las experiencias más dolorosas para una persona, después de la muerte de un ser querido. La separación es una experiencia emocionalmente traumática y es necesario que ambas partes, pasen por un proceso de duelo.

Cada ruptura es diferente, y los factores y en contexto en que se produce, influirá en el afrontamiento de la situación. Lógicamente no puede suponer el mismo trance emocional una separación de mutuo acuerdo cuando una relación se ha deteriorado, que las rupturas planteadas de forma unilateral, e incluso dentro de estas últimas, el proceso dependerá de cómo se maneje la situación inicial (de forma repentina, paulatina), si hay involucradas terceras personas, etc.


Tampoco lo vive de la misma manera el que toma la iniciativa, que ha ido madurando la situación durante un tiempo, con la posibilidad de ir asumiendo de forma gradual la nueva situación, que al otro miembro, que muchas veces se encontrará totalmente desprevenido ante la situación, lo que producirá efectos diferentes en ambos miembros de la pareja, al menos de forma inicial.

En cualquier caso, el duelo es una reacción natural y un proceso largo y doloroso por el que es necesario pasar, ante la pérdida de la persona amada. Este duelo pasa por varias etapas, y cada persona necesita un tiempo para vivir el proceso. Aunque la duración es variable, la fase de duelo aguda no debería durar más de 6 meses:

-Impacto inicial. Cuando una persona no se espera el anuncio de la ruptura por parte de su pareja, hay una primera reacción de incredulidad e irrealidad. Esta sensación puede durar horas o días. 

-Negación. El hecho de intentar negar lo ocurrido, de no aceptar la realidad y hacerse falsas esperanzas, es una forma de amortiguar un poco el impacto inicial del dolor. En ocasiones la persona no informa de la ruptura ni a familiares, ni a amigos, esperando que sea algo pasajero. Es una etapa en la que se tiende al aislamiento social. 

-Tristeza y dolor intenso. En esta fase, la persona se encuentra deprimida, sin ganas de hacer nada. El pensamiento se vuelve obsesivo, no se puede pensar en otra cosa. Suelen aparecer trastornos de sueño, malos hábitos en la alimentación y un descuido general. La sensación de vacío, el llanto y la tristeza son las emociones más habituales. Aparecen pensamientos catastróficos y de desesperanza, y la persona cree que jamás podrá superar ese dolor. Aquí es necesario dejar que las emociones fluyan. Aunque en ese momento la persona sea incapaz de verlo, poco a poco el dolor se irá debilitando. 

-Ira y rabia. La pena y la tristeza, suelen dar paso a un sentimiento de rabia. La persona en muchas ocasiones, se siente herida y suelen surgir sentimientos de resentimiento y rencor, culpando exclusivamente de su dolor a la persona que ha tomado la decisión de acabar la relación. 

-Aceptación. Esta etapa no tiene por qué necesariamente suponer felicidad, pero sí cierta paz y capacidad de la persona de emprender nuevos proyectos.. Ya no se tiene la necesidad de hablar y de pensar continuamente en el tema de la ruptura y se empieza a disfrutar más en compañía de otros. 

-Reorganización y resolución. Aquí, la persona ya ha aceptado su nueva situación,necesitará reorganizar de nuevo su vida y retomar actividades que se habían abandonado, para poder seguir adelante. Es una etapa que se caracteriza por los cambios.

APOYO PSICOLÓGICO 


Cuando la persona, según transcurre el tiempo, no registra ningún avance, sigue sumida en la tristeza y en la desesperanza y presenta un deterioro en su salud, estaríamos hablando de un duelo patológico


En este momento es aconsejable pedir ayuda profesional, con el fin de ayudar a la resolución ya que de lo contrario, un duelo complicado puede acabar provocando un trastorno depresivo o de ansiedad. 

Hay una serie de conductas nocivas que pueden llevar a desarrollar otro trastorno psicopatológico: 

- abuso de alcohol u otras drogas, con el fin de evadirse de la realidad. Esto se convierte en una“trampa psicológica” ya que una vez que la persona se encuentra fuera de los efectos de la sustancia, el sentimiento depresivo se hace aún mayor. 

- a veces hay una tendencia a desarrollar una serie de conductas desadaptativas en el intento desesperado de volver con la otra persona: llamadas continuas de teléfono, envíos de mails, frecuentar sitios donde puede estar la ex pareja etc. Todas estas conductas lo único que pueden hacer es dañar la autoestima, el amor propio y conseguir que el otro miembro de la pareja responda con indiferencia u hostilidad. 

- uso o abuso de antidepresivos y ansiolíticos. Intentar enmascarar las emociones que se tienen que sentir en el duelo es un error, ya que estos sentimientos tienen que fluir necesariamente para poder superar esta etapa con éxito. 

- el descuido general de la salud, los malos hábitos en la alimentación y en los cuidados básicos, mantenidos a lo largo del tiempo, pueden hacer que se tenga una mala calidad de vida, entorpeciendo todavía más la resolución del problema. 

En el trance del duelo se pueden sentir emociones como sensación de fracaso, sentimientos de culpa, envidia hacia amigos o familiares del entorno que no están pasando por la misma situación, rencor etc. También son frecuentes en las etapas iniciales, síntomas físicos como: insomnio, falta de apetito, dolor de cabeza y otros síntomas de ansiedad. Lo importante es no quedarse anclado en el pasado y poder empezar a mirar hacia delante. 

Es fundamental ayudar a la persona a que asuma que la relación ha llegado a su fin, para que pueda salir exitoso de esta etapa tan dolorosa. 

El apoyo psicológico podrá ayudar a la persona a expresar sus sentimientos, a eliminar conductas nocivas, a recuperar su confianza y su autoestima y a identificar pensamientos irracionales que puedan estar interfiriendo en la resolución del duelo. En definitiva, ayudarle a encontrar de nuevo, un sentido a la vida.

PAUTAS PARA DEJAR UNA RELACIÓN


Es importante hacer el menor daño posible al dejar una relación
Poner fin a una relación es algo doloroso para quien toma la determinación: sabe que va a herir a la otra persona. Este es motivo más que suficiente para que muchas personas demoren la finalización de una relación con otra persona, y continúan durante meses “atrapados” en una situación que va minando emocionalmente a ambos miembros de la pareja. 

A continuación, exponemos algunas pautas para poner fin a una relación:

- Asegúrate de que quieres terminar: Este tipo de decisiones no se pueden tomar a la ligera. No pueden ser fruto de un momento de rabia o decepción, que llevaría en cualquier caso a un “enfado” con la pareja pero no a una ruptura definitiva. Si amenazas con una ruptura porque estás en un momento de enfado, cabe la posibilidad de que en el fondo busques manipular a tu pareja, o “castigarla”, pero no se trataría de una ruptura madura y serena.


- Conciénciate: el que deja la relación pasa a ser “el malo de la película”. Es cierto que vas a ser la persona que ponga fin a la relación, la que abre la caja de los truenos, sin embargo, a veces hay que tomar este tipo de decisiones por el bien de ambos. Puede ser un momento doloroso, pero a largo plazo es algo bueno para ambos, incluso para el abandonado. Nadie quiere que otra persona permanezca a su lado por pena, nadie merece eso.

- Escoge un buen momento: No escojas un momento especial, no hay buen momento para esto, pero sí hay mejores momentos. No lo hagas coincidir nunca con una celebración, no busques como aliados “un par de copas”, no lo hagas en un sitio muy concurrido, ya que las lágrimas son normales en estos momentos.

- Visualiza en tu mente la escena: Imagina que estás hablando con él/ella, y visualiza las posibles respuestas , contraargumentos y réplicas que puede hacer. No esta de sobra que prepares lo que dirás en cada posible escenario. Podrás decir que es un poco calculador el asunto, pero he aprendido que quien no planea no sabe predecir o prever posibles formas de hacer mejor las cosas

- Antes de tener la conversación que pone fin a la relación, busca objetivamente los motivos que te llevan a esta ruptura. Busca la manera de exponerlos en la que tu pareja se sienta menos dolida, bastante tiene con el momento que se le avecina. Intenta apelar al cariño pero no amor, y ante todo, sé honesto y claro en los motivos. Las medias palabras, la falta de argumentos concretos para el fin de la relación, hundiría más a tu pareja.

- Explicar de forma clara los motivos que ponen fin a la relación no significa que tengas que justificarte. Se supone que es una decisión con motivos que la avalan y es lo único que tienes que exponer. No caigas en ambigüedades respecto a que sigues queriendo a tu pareja, son cosas que se dicen y sólo sirve para que la persona a la que se abandona albergue falsas esperanzas de reconciliación.

- Tras la ruptura debe existir una pausa en la comunicación entre ambas personas (algunas veces es una ruptura de comunicación definitiva). No es cierto que podáis “terminar como amigos”: los amigos no son pareja, son amigos. A ambos os puede herir comportamientos que tengáis después de la ruptura, y la comunicación sólo retrasará el proceso de cicatrización de las heridas. Daros un largo tiempo para poner en orden vuestra vida.

- No permitas que esta conversación una vez finalizada prosiga durante horas, sólo servirá para que brote el rencor, para que pierdas los nervios, o tal vez para que te debilites y cedas ante ruegos de una reconciliación que lo único que hará es demorar el momento de la ruptura

Estas pautas pueden servirte para finalizar una relación, algo que sin duda causará daño a tu pareja, pero al menos puedes tener la tranquilidad de saber que habéis hecho lo mejor para ambos, y que lo has hecho de la mejor forma posible.

Y ante todo: sé maduro. No utilices una amenaza de ruptura para que la relación cambie: eso no funciona así. Si realmente quieres terminar, hazlo, evitando herir el amor propio del otro y siendo firme en tu decisión: las dudas, las actitudes equívocas pueden hacer albergar falsas esperanzas a la otra persona, cuando tú estás actuando de forma egoísta: intentando un distanciamiento progresivo que a ti no te duela.