Se deja de
querer...
y es como un libro que aún abierto hoja a hoja quedó a medio leer, y es como la sortija que se quitó del dedo y solo así supimos... que se marcó en la piel. Se deja de querer... y no se sabe por qué se deja de querer.
José Angel
Buesa
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La ruptura de pareja es un proceso doloroso. Se junta la sensación de fracaso, la decepción, el desgaste por todo lo emocionalmente invertido, y en muchas ocasiones el rencor. Tanto la persona que toma la decisión como la que la recibe, pasan por momentos muy difíciles en la vida. Es duro decir adiós a un proyecto. En el caso de que la pareja tuviera hijos, la situación se hace mucho más dolorosa, y hay que actuar con muchísima madurez, anteponiendo primero a los niños a cualquier expresión de emoción negativa |